Por Sergio M. Porteiro
Este breve artículo tiene por objetivo tratar de poner un poco de claridad sobre el aspecto cuantitativo de la producción de petróleo en la Argentina, con particular énfasis en el indudable impacto que en esa actividad tiene la formación geológica Vaca Muerta, localizada fundamentalmente en la provincia de Neuquén. Resulta oportuno aclarar que el presente no se referirá al otro hidrocarburo más que abundante en la referida formación, como es el gas.
La producción de petróleo en la Argentina viene creciendo en forma sostenida año a año y mes a mes, proceso éste que cada vez se acentúa con mayor firmeza. Nuestro país extrae alrededor de 630 mil barriles de petróleo por día. De esa cantidad, el porcentaje de crudo no convencional (léase Vaca Muerta, por ahora), con más del 50 % del total extraído, equivalente a alrededor de 350.000 mil barriles por día, supera al convencional, obviamente. Pero eso no es todo. La producción (y también la cantidad de fracturas) de petróleo no convencional sigue una tendencia sostenidamente creciente, mientras que la producción convencional disminuye sus resultados y su participación en forma constante. Las exportaciones argentinas de petróleo crecen anualmente, pero el 70% de la mismas provienen de Vaca Muerta.
Según información de prensa, las autoridades energéticas de la provincia de Neuquén, informaron que durante el año entrante (2025), la provincia recibiría 9 mil millones de dólares en inversiones directas. YPF esta desarrollando un proceso de desinversión importante en las áreas convencionales, con singular éxito, ya que entusiastas empresas junior (algunas nuevas, pero formadas por ejecutivos de la larga data en el sector) están dispuestas a asumir los riesgos de este tipo de explotación en esas áreas, permitiendo que YPF se concentre en la explotación de la opción no convencional. Las obras para iniciar o completar nuevos oleoductos e infraestructura portuaria para la exportación siguen su curso, en forma regular.
¿Qué hay en la formación Vaca Muerta para que esto y mucho más ocurra? Según el último informe de la Energy International Administration (EIA) de los Estados Unidos, agencia energética de intachable imparcialidad y enorme reputación, además de “concientizadora” de la potencialidad de Vaca Muerta, en aquella formación hay 16.000.000.000 (para que no queden dudas, dieciséis mil millones) de barriles de petróleo de esquisto (shale) y condensado, técnicamente recuperables.
La industria, ejecutivos y funcionarios de locales, apuntan a aumentar la producción de petróleo en Vaca Muerta, desde los actuales 350 mil barriles (aproximadamente) por día ya mencionados, a un millón de barriles por día hacia fines de la década en curso, lo que generaría, en ese momento, una balanza comercial superavitaria de 30.000 millones de dólares al año. Más aun, ejecutivos como el Ingeniero López Anadón, presidente del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG), sostuvo que Vaca Muerta debería producir 1.5 millones de barriles por día. Para tener una idea comparativa, durante el primer semestre de este 2024, según datos del Indec, el Complejo Sojero exportó casi 10.000 millones de dólares, mientras que el sector hidrocarburífero y petroquímico exportó un poco más de 5.000 millones de dólares.
Si tomáramos un promedio de producción estimada de 1.3 millones de barriles por día y asumiéramos como válida la información de la EIA arriba señalada, el horizonte de explotación de petróleo de Vaca Muerta es de casi 34 años.
Por otra parte, si consideramos los valores proyectados de Vaca Muerta (en toda la formación, es decir Neuquén junto con Mendoza y La Pampa), más la formación también “no convencional” denominada Palermo Aike -ubicada en la provincia de Santa Cruz- actualmente poco conocida en su potencialidad y adicionáramos alguna proyección benévola de producción en las áreas off shore -particularmente las cercanas a Mar del Plata- más las áreas convencionales -aun estando en proporción declinante-, quizá para el año 2030 o un poco después, Argentina podría estar produciendo más de un 1.5 (un millón y medio) de barriles de petróleo por día, siendo exportable una gran parte del mismo.
Continuando con las comparaciones, la última cifra consignada es casi la mitad de lo que produce Brasil hoy (3.2 millones el último mes, tomando en cuenta también sus exportaciones), pero con una economía entre cuatro y cinco veces más grande que la argentina. Para fines de esta década, si todo sale bien, Argentina podría tener una balanza energética superavitaria de alrededor 30.000 millones de dólares. Nuevamente, comparémoslo con alrededor de 20.000 millones de dólares en exportación del complejo sojero antes mencionado, el que difícilmente pueda crecer en volumen y/o precio, y tendremos una idea de lo que podría significar la exportación de petróleo para hacer frente al tan débil sector externo argentino.
Esperemos que hasta dicho momento, causas exógenas tales como el conflicto Rusia/ Ucrania, la inestabilidad política de Oriente Medio; alguna disputa entre la OPEP (es decir Arabia Saudita) y Rusia; la liberación de cuotas por parte de tal organismo; algún efecto secundario e indeseado derivado de la transición energética, entre otras causas, no representen consecuencias negativas sobre el precio internacional del petróleo, de forma tal que los costos de producción domésticos tornen inviable la explotación y exportación del petróleo argentino. Desde la perspectiva local, cualquier lucha intestina de poder político o económico, tan frecuentes en Latinoamérica, aun cuando el recurso no fue extraído (recordar la casi secesión en Bolivia entre provincias no gasíferas y gasíferas ante el significativo descubrimiento de reservas); la intromisión o interferencia en acuerdos de exportación ya finalizados o en curso y, todavía más importante, la falta de prevención o solución de cualquier causa que de lugar a perturbar la rentabilidad imprescindible en este tipo de emprendimiento, no haga esta perspectiva que he reseñado se convierta en una fantasía, como ha sucedido en el pasado.
Nota de color para aquellos que no lo saben, un barril de equivale a 159 litros de petróleo crudo.